En lo que respecta a la palabra rehabilitación el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua en su vigésima edición, cuarta acepción, referida a la Medicina, la define como “el conjunto de métodos que tienen por finalidad la recuperación de una actividad o función perdida o disminuida por traumatismo o enfermedad”. El diccionario Stedman (3), desde una visión más especializada, la define como “la restauración, después de enfermedad o lesión de la capacidad de funcionar de forma normal o casi normal”. El ilustre Pedro Laín Entralgo habla elocuentemente de la rehabilitación como del “volver a un hombre a la posición de las habilidades que le cualifican y le constituyen como tal hombre”. Kessler define la rehabilitación como el “empleo de todas las armas médicas que puedan favorecer la recuperación [...] orientada a tratar personas con un déficit físico. La rehabilitación, según esta definición, es la restauración del inválido hasta sus máximos límites posibles: físico, mental, social, vocacional y económico” (5). Esas armas médicas serían sobre todo medidas físicas que se emplean como “suplemento” de los tratamientos médico y quirúrgico utilizados por el médico. Kessler también afirma que “la rehabilitación no consiste sólo en técnicas médicas, quirúrgicas y ortopédicas que buscan la reconstrucción de los miembros del inválido, sino que supone la reconstrucción de la vida total del enfermo”. González Mas afirma que “el discapacitado, en toda su extensión  profundidad humanas, tiene como única posibilidad terapéutica integral y real el empleo de la rehabilitación médica” .



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